Cazzu apareció ante un recinto repleto de medios, entre ellos El País, para hablar de su presente profesional y personal durante su visita a la Ciudad de México. La cantante argentina atraviesa un momento de intensa atención mediática tras su ruptura con Christian Nodal, padre de su hija Inti, quien poco después contrajo matrimonio con Ángela Aguilar.
“De todas las mierdas que me han pasado, escribí un libro y algunas canciones”, dijo al inicio de la conferencia, antes de comenzar una jornada de presentaciones y, tras comunicarse por videollamada con su pequeña, sentarse con un mate en mano a conversar.
La rapera admitió que la fama en esta etapa le ha llegado de manera inesperada, sin darse cuenta del todo, y en medio del impacto que causó una separación dolorosa que se hizo pública en todo el mundo. Aseguró que se considera “aburrida” para el medio artístico y que al principio se sintió consternada y confundida por el lugar que la situación le otorgaba.
“Lo que hago con ese espacio que me dan, lo respeto, me apodero de él, lo habito de la manera más respetuosa. Y me sirvo del deseo de los otros de oírme hablar con respeto para filtrar lo que son mis monstruosidades. Como una loca, psicópata, que en realidad sabe que está poniendo una bomba con la voz más dulce que me tocó poder entonar hoy”, compartió.
La artista reflexionó sobre cómo sus vivencias en la música y en lo personal la prepararon para enfrentar este nuevo capítulo. “La primera decisión que tomé fue la del silencio y el pensar qué iba a hacer cuando otro tipo de prensa me hiciera otro tipo de preguntas que desataran en mi pecho, eso que hace mucho tiempo no desataban los periodistas que se sentaban conmigo a hablar en un podcast. Cuando me mencionaran a otra mujer y yo tuviera que responder lo correcto, todos esos momentos me han ayudado a evolucionar y a pensar mucho más en todas estas fallas sistemáticas de nuestro universo”, explicó.
En el cierre de la charla, Cazzu habló de su “matriarcado favorito”: su madre, su abuela y sus cuatro tías, mujeres cuya voz, enojo y cuestionamientos siempre fueron escuchados en su hogar. Narró episodios en los que su progenitora no dudó en intervenir para rescatar a su abuela o a alguna de sus tías tras momentos de violencia. “Con una mamá así, una que, si el opresor llegaba a la puerta de la casa, la que iba a salir a poner el cuerpo con todo lo que eso implicaba iba a ser ella, yo creo que no hay más que explicar sobre de dónde sale la valentía, ¿no?”, concluyó.