Las calles de París, reconstruidas en tela bajo la cúpula del Grand Palais, fueron hoy el escenario en el que Chanel mostró su colección prêt-à-porter de primavera-verano, que terminó como una manifestación por los derechos de las mujeres.
El modisto alemán Karl Lagerfeld, director artístico desde hace más de tres décadas de la casa fundada por Coco Chanel, acostumbra a trasladar a la pasarela cuestiones candentes de la actualidad francesa.
Si para apoyar la ley que autoriza el matrimonio homosexual llevó a escena en enero de 2013 a dos novias con un niño, en esta ocasión se hizo eco de la tensión generada entre la lucha por la igualdad, que abandera el gobierno socialista de François Hollande, y la reacción conservadora.
La aportación de Lagerfeld a este debate se materializó en un desfile que concluyó con la representación de una manifestación en que las modelos portaron megáfonos y pancartas.
«Feminismo, no masoquismo», «No estoy de rebajas», «Sé diferente», «La Historia es la historia de ella» o «La libertad no obliga a la mujer a ser libertina» fueron algunos de los lemas que se pudieron leer en el falso Boulevard Chanel.
«Me gusta mucho que Karl (Lagerfeld) tome partido por una mujer libre y que se siente bien consigo misma», declaró a Efe la actriz hispano-francesa Astrid Bergès-Frisbey tras el espectáculo.
Sin embargo, otros mensajes como «Las señoritas primero» o «Los chicos también deberían quedarse embarazados» distorsionaron el ideal feminista de lucha por la igualdad de oportunidades y no por la guerra de sexos.
El «girl power» como estrategia comercial resonó como una particular interpretación de las palabras de la filósofa Simone de Beauvoir «La mujer no nace, se hace», con las que se cerró el desfile.
Chanel también rompió la cotidianeidad de la pasarela al hacer que el ruido de las manifestaciones se alternara con el de la música y que las modelos, entre las que se encontraban jóvenes y no tan jóvenes, caminaran en grupos o por parejas.
El representativo «tweed» de la casa francesa apareció entre los primeros conjuntos sobre una calzada tan bien reconstruida que incluía charcos y socavones.
Lagerfeld potenció un modelo de chaqueta muy larga -casi hasta la rodilla- con manga corta, que se combinó con pantalones pesqueros con vuelta.
El armario del varón aterrizó en este desfile como corbata bajo la americana o como traje de raya diplomática que adoptó una actitud deportiva o se convirtió en pantalón corto de cintura alta.
Las faldas «evasé» por la rodilla se llevaron con botas de caña alta de puntera negra y estampado de difuminados violetas, rosas, naranjas y amarillos.
Precisamente, la eclosión de color que Chanel desarrolló para la primavera-verano 2014 también estará presente en la próxima temporada estival. El año que viene será como estampado de salpicaduras de pintura o como degradados de variadas y diferentes tonalidades.
Las blusas cobraron un protagonismo especial en este primer desfile de la jornada en la Semana de la Moda, ya sea por los volantes de bordados ingleses que sobrevolaron toda la parte superior o los exagerados cuellos de pico.
La supermodelo brasileña Gisele Bündchen sorprendió con su aparición sobre la pasarela de Chanel, en la que portó una chaqueta-vestido de rayas blancas y marrones.
La «maison» mantuvo su apuesta por el calzado plano o de tacón bajo y desarrolló unos zapatos Oxford abiertos a los lados y abrochados con una tira en el tobillo.
El ante y las tiras plateadas fueron algunas de las incursiones en esta extensa colección de más de 80 conjuntos que defendió las medias negras y doradas.
Entre los invitados al desfile, además de la directora de la edición estadounidense de Vogue, Anna Wintour, y del cineasta Baz Luhrmann, se encontraba la joven promesa del cine canadiense Xavier Dolan, para quien Chanel representa «la elegancia suprema».