Los arqueólogos egipcios completaron el escaneo más minucioso de dos cámaras mortuorias recientemente descubiertas detrás de la tumba del rey Tutankamón en el Valle de los Reyes, como parte de la búsqueda de los restos de la reina Nefertiti.
El ministro de Antigüedades Khaled el-Anani dijo el viernes a los periodistas congregados en el afamado sitio en la margen occidental del río Nilo, frente a la ciudad de Luxor, que los expertos trabajaron durante 11 horas para obtener 40 escaneos de cinco niveles del área detrás de la cámara mortuoria del rey Tut.
Agregó que seguirán las inspecciones a fines de abril e invitó a arqueólogos de todo el mundo a El Cairo a principios de mayo para examinar los hallazgos.
Las inspecciones son parte de la búsqueda de los restos de la reina Nefertiti y podrían responder al interrogante de si su momia yace detrás de muros falsos en el complejo de Luxor.
El egiptólogo británico Nicholas Reeves cree que la tumba del rey Tut es «sencillamente el elemento externo de una tumba más amplia» perteneciente a Nefertiti.
El descubrimiento el mes pasado de que los cuartos ocultos detrás de la tumba de Tut podrían contener metal o material orgánico permitiría arrojar nueva luz sobre uno de los períodos más turbulentos de la historia egipcia y Reeves ha conjeturado que Nefertiti podría estar allí.
Otros conjeturan que las nuevas cámaras podrían contener la tumba de un miembro de la familia de Tut, no necesariamente Nefertiti, que fue una de las esposas del padre de Tutankamón, el faraón Ajenatón, pero no se cree que haya sido la madre de Tut.
Reeves dijo a la prensa el viernes en el Valle de los Reyes que los escaneos suministraron «los datos más detallados» hasta ahora sobre las cámaras secretas.
Conjeturó que los restos de Tutankamón, que murió a los 19 años, pudieron haber sido depositados en una cámara externa de lo que era originalmente la tumba de Nefertiti. «Creo que la tumba de Tutankamón es sencillamente el elemento externo de una tumba mayor que pertenece a Nefertiti», afirmó, reiterando su afirmación sobre la antigua reina cuyo busto de 3.300 años de antigüedad expuesto en Berlín es uno de los símbolos más famosos del antiguo Egipto y de la belleza clásica.