Tatuarse «Dios Vendice mi familia» podrá dejar de ser una buena intención mal escrita gracias a un curiosa campaña del Instituto Caro y Cuervo de Colombia, que busca promover la corrección de las faltas ortográficas de los tatuajes a través de las redes sociales.
La iniciativa, que se llevará a cabo en septiembre y es promocionada con la etiqueta #caroycuervoink, hace parte del Cuarto Festival de la Palabra que organiza el instituto.
La idea, promovida a través de Twitter, es que las personas envíen fotografías de tatuajes que tengan errores y horrores ortográficos o de redacción al correo [email protected]. A cambio, podrán tener la oportunidad que expertos tatuadores corrijan el error.
Frases como: «La vida no es fasil» o «ai vamos», dejarán de ser elementos vergonzosos para los portadores de grabaciones corporales, que recuperarán el orgullo con el que originalmente fueron inspirados.
El Instituto Caro y Cuervo, dedicado a promover la investigación científica en los campos de la filología, la lingüística, los estudios literarios y la historia cultural, fue creado en 1942 y está adscrito al Ministerio de la Cultura de Colombia.
La entidad debe su nombre a dos ilustres intelectuales colombianos del siglo XIX: Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo, cuyas obras sobre el español americano son ampliamente conocidas y respetadas por la comunidad científica internacional.