Pablo Lyle no obtuvo el permiso de la jueza Marlene Fernandez-Karavetsos para regresar a México y trabajar mientras da inicio el juicio en el que es acusado de homicidio involuntario luego de agredir a un hombre de 63 años llamado Juan Ricardo Hernández en calles de Miami, y días después falleciera.
Sin embargo, la buena noticia es que Pablo tiene hoy más libertad de la que gozaba ayer, pues el actor ahora tiene monitor, puede salir de la casa donde vive hace casi un año y puede hacer lo que quiera en Miami a la hora que sea.
Al respecto de cambiar de residencia o quedarse a dormir en otra casa en Miami, el abogado del artista explicó: “Él debe quedarse en su casa, él debe mantener su residencia en esa casa por decisión de la jueza, pero no tiene ninguna otra restricción”.
“En marzo vamos avisarle a la jueza si la corte de apelación ya ha decidido nuestra apelación, nosotros hicimos una apelación del juez diciendo que él hizo un error legal en decidir nuestra moción de defensa propia”, agregó.
Sin dar detalles sobre la situación financiera del actor y asegurando que revisarán los motivos por los que les negaron la moción, la defensa de Pablo explicó cuándo fallará la corte tercera de apelación.
“Tenemos que ver qué deciden, ellos deciden cuándo ya están listos para decidir, no sabemos, eso porque el juez quiere saber el 20 de marzo porque si han contestado o no. Es solo seguimiento”.
Por último, el abogado reveló como se encuentra en estos momentos el histrión. “Él está preocupado por el caso como cualquier persona, pero tiene una actitud positiva tiene confianza en sus abogados, en su familia y está listo para defenderse en corte”.