En un giro que ha dejado a millones de fans con el corazón en un puño, Liam Gallagher ha confirmado que Oasis no tiene planes para 2026. El carismático vocalista, conocido por su franqueza brutal en redes sociales, respondió a un seguidor en X con un mensaje lapidario: “We’re not doing anything in 2026 sorry”. Y para rematar, agregó: “Nothing going on next year except the WC”, aludiendo a la Copa Mundial de Fútbol que se disputará ese año. El tuit, publicado el 6 de diciembre, ha generado un torbellino de reacciones, desde memes nostálgicos hasta especulaciones sobre un posible regreso en 2027.
Nothing going on next year except the WC
— Liam Gallagher (@liamgallagher) December 6, 2025
Este anuncio llega apenas semanas después del cierre épico de la gira “Oasis Live ’25”, que reunió a los hermanos Gallagher en los escenarios por primera vez en 16 años. La banda, ícono del britpop, completó 41 conciertos en cinco continentes, atrayendo a más de 2,5 millones de espectadores y generando ingresos estimados en más de 500 millones de dólares. Sin embargo, las tensiones familiares que marcaron su historia parecen haber resurgido, obligando a un “periodo de reflexión” oficial, como lo describió el comunicado de la banda en Instagram tras el último show en São Paulo.
La gira, anunciada el 27 de agosto de 2024 –justo antes del 30 aniversario de su debut Definitely Maybe–, comenzó el 4 de julio de 2025 en el Principality Stadium de Cardiff, Gales. De allí, Oasis recorrió el Reino Unido e Irlanda con múltiples fechas en Manchester (Heaton Park), Londres (Wembley Stadium), Edimburgo (Murrayfield Stadium) y Dublín (Croke Park). La euforia llevó a agregar shows extras debido a la demanda abrumadora: 14 millones de solicitudes para solo 1,4 millones de boletos en la etapa inicial.
El tour se expandió globalmente en septiembre, con paradas en Norteamérica (Toronto, Chicago, East Rutherford, Los Ángeles y Ciudad de México), Oceanía (Sídney, Melbourne y Brisbane), Asia (Tokio y Seúl) y Sudamérica (São Paulo y Buenos Aires). El cierre, el 23 de noviembre en el Estádio do Morumbi de São Paulo, fue un clímax inolvidable: un estadio rebosante de 66.000 almas cantando “Champagne Supernova” y “Don’t Look Back in Anger” bajo un cielo brasileño. Según estimaciones de Barclays y la Universidad de Birmingham City, los primeros 14 shows en el Reino Unido generaron 400 millones de libras esterlinas sólo en boletos y mercancía, con un impacto económico total en el Reino Unido de hasta 940 millones de libras, impulsando hotelería, gastronomía y transporte.
El lineup incluyó a los Gallagher junto a Paul “Bonehead” Arthurs y Gem Archer en guitarras, Andy Bell en bajo y Joey Waronker en batería, recreando la química explosiva que definió su era dorada. Apoyados por actos como Cast en el Reino Unido, los conciertos no solo vendieron estadios, sino que revitalizaron el interés por el britpop, con streams de sus hits aumentando un 300% durante la gira.
La historia de Oasis es un relato de triunfos y tormentas, centrado en la relación volátil entre Liam (53 años) y Noel (58). Formada en Manchester en 1991 por Liam, Noel, Paul “Bonehead” Arthurs (guitarra), Paul “Guigsy” McGuigan (bajo) y Tony McCarroll (batería), la banda irrumpió con Definitely Maybe (1994), el álbum debut más vendido en la historia del Reino Unido en su primera semana, con 8 millones de copias globales. Le siguió (What’s the Story) Morning Glory? (1995), que vendió más de 22 millones de unidades y catapultó hits como “Wonderwall” y “Don’t Look Back in Anger”.
Los años 90 fueron de excesos: la rivalidad con Blur en las listas (la “Batalla del Britpop”), conciertos legendarios en Knebworth (1996) ante 250.000 personas en dos noches, y Be Here Now (1997), el álbum más rápido en venderse en UK con 696.000 copias en su primera semana. Pero las grietas crecían. Diferencias creativas, egos colosales y peleas públicas erosionaron la unidad. Álbumes posteriores como Heathen Chemistry (2002), Don’t Believe the Truth (2005) y Dig Out Your Soul (2008) mantuvieron el éxito, pero el clímax llegó el 28 de agosto de 2009 en París.
Antes de su show en el festival Rock en Seine, una riña violenta –donde Liam supuestamente rompió la guitarra de Noel– llevó a la salida abrupta de este último. “No puedo trabajar más con Liam. Lo siento”, escribió Noel en un comunicado que selló el fin de Oasis. La banda, que había vendido más de 75 millones de discos en todo el mundo, se disolvió sin más explicaciones, dejando a fans y críticos en shock.
La reconciliación para 2025 fue impulsada por presión fanática, nostalgia y un mediador familiar, según fuentes cercanas citadas por People. Ambos hermanos han descrito el tour como un “proyecto temporal”, con Noel enfatizando en entrevistas que prioriza su salud mental post-gira. Liam, por su parte, ha trolleado en X con frases como “I’m obviously not immensely talented coz I’m having 2026 off”, avivando el debate sobre si su sarcasmo esconde planes futuros.
Oasis no solo vendió discos –su catálogo supera los 75 millones de unidades, con picos de hasta 100 millones según el Salón de la Fama del Rock and Roll–, sino que moldeó la cultura británica. Sus himnos capturan la arrogancia y vulnerabilidad de los 90: de “Live Forever” como grito de rebeldía a “Champagne Supernova” como oda al caos. Declaraciones incendiarias de Liam, como sus pullas a rivales, y la exposición de sus disputas familiares los convirtieron en tabloides vivientes. Su influencia se ve en bandas como Arctic Monkeys o The Killers, y en 2010 ganaron el Brit Award al Mejor Álbum Británico de las Últimas 30 Años por Morning Glory?.
En un comunicado post-gira, Oasis reflexionó: “La fuerza cultural más destructiva en la historia reciente de la música británica ha encontrado su camino en los corazones de una nueva generación”. Con 41 shows que inyectaron alegría y lágrimas, el tour demostró que su fuego sigue ardiendo, aunque las “viejas heridas”, como las llama Liam, dicten un respiro.









