El rapero y empresario estadounidense Sean «Diddy» Combs, también conocido como Puff Daddy o Diddy, se enfrenta a una nueva demanda por violación y abuso sexual, la quinta en los últimos tres meses. En esta ocasión, el demandante es un hombre, Rodney Jones Jr., que trabajó como productor musical para Combs durante dos años.
Según la acusación presentada el lunes en un tribunal federal de Nueva York, Combs sometió a Jones a repetidos tocamientos genitales y anales no consentidos, le obligó a consumir drogas, le presionó para que tuviera sexo con otro hombre y con trabajadoras sexuales, y le amenazó con violencia si se negaba. Jones, que también es conocido como Lil Rod, afirma que Combs le hizo vivir con él en sus casas de Nueva York, Florida y Los Ángeles, y que grabó muchas horas de audio y vídeo del rapero como prueba de sus abusos.
Jones pide una indemnización de 30 millones de dólares por daños y perjuicios. Los abogados de Combs niegan las acusaciones y las califican de «pura ficción». «Tenemos pruebas abrumadoras e indiscutibles de que sus afirmaciones son falsas», dijo Shawn Holley, abogado de Diddy. «Abordaremos estas extravagantes acusaciones ante los tribunales y tomaremos todas las medidas apropiadas contra quienes las hacen», añadió.
La demanda de Jones se suma a las de otras cuatro personas que han denunciado a Combs por violación y malos tratos en los últimos meses. Una de ellas es la cantante de R&B Cassandra Ventura, conocida como Cassie, que fue pareja de Combs durante 11 años y que le acusó de violarla y golpearla en varias ocasiones. Cassie retiró su demanda un día después de presentarla, tras llegar a un acuerdo extrajudicial con el rapero.
Otra de las acusadoras es una mujer anónima que dijo que Combs la violó junto a otras dos personas en 2003, cuando ella tenía solo 17 años y él 34. La demanda, presentada el 6 de diciembre, incluye detalles escabrosos del supuesto abuso grupal, que habría ocurrido en una fiesta en Miami. La presunta víctima pide una compensación de 25 millones de dólares.
Las otras dos demandas corresponden a dos mujeres que aseguran que Combs las violó a principios de los años noventa, cuando él era un ejecutivo de la discográfica Uptown Records. Una de ellas es Liza Gardner, que afirma que Diddy la violó a ella y a una amiga en su apartamento de Nueva York, después de drogarlas con una sustancia desconocida. La otra es Joi Dickerson-Neal, que dice que el productor la abusó en un hotel de Los Ángeles, tras invitarla a una fiesta.
Combs, que tiene una fortuna estimada de unos 90 millones de dólares, ha negado todas las acusaciones y las ha atribuido a personas que buscan un «día de pago rápido». «Permítanme ser absolutamente claro: no hice ninguna de las cosas horribles que se alegan», dijo en una declaración en diciembre.
Puff Daddy, de 54 años, es uno de los artistas más exitosos y reconocidos del hip-hop, con varios premios Grammy y discos de platino. También es el fundador de la marca de ropa Sean John y el dueño de la cadena de televisión Revolt.