En un giro histórico que fusiona la política con el brillo de las artes escénicas, el presidente Donald Trump lideró el 6 de diciembre la ceremonia de entrega de medallas para los Kennedy Center Honors 2025 en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Este evento, que reunió a íconos del cine, la música y el teatro, no solo celebró logros artísticos sino que marcó un cambio radical en la tradición del galardón, con Trump asumiendo un rol protagónico que incluye su debut como anfitrión de la gala principal el domingo 7 de diciembre en el Kennedy Center.
Los homenajeados de esta 48ª edición incluyen al actor y director Sylvester Stallone, conocido por su icónica interpretación en la saga Rocky; la cantante Gloria Gaynor, cuya canción “I Will Survive” se convirtió en un himno global de empoderamiento; el rey del country George Strait, con más de 100 millones de certificaciones RIAA y el récord de tener un top 10 cada año durante tres décadas; Michael Crawford, estrella británica del musical El Fantasma de la Ópera; y la banda de rock KISS, representada por Paul Stanley, Gene Simmons y Peter Criss, mientras que la hija del fallecido guitarrista original Ace Frehley –quien murió en octubre de 2025 a los 74 años tras una caída– recibió el reconocimiento en su nombre.
Durante la ceremonia en la Oficina Oval, Trump elogió a los artistas como “el grupo más logrado y renombrado que se haya reunido jamás” y reveló los nuevos medallones, rediseñados y donados por Tiffany & Co. Estos sustituyen las tradicionales fajas de arco iris por un listón azul marino minimalista, simbolizando dignidad y tradición, con un disco de oro grabado en un lado con la imagen del Kennedy Center rodeada de colores arco iris –representando la diversidad de las artes– y el nombre del homenajeado junto a la fecha en el reverso. Este cambio, el primero en 47 años, surge tras la decisión del centro de reemplazar al joyero familiar que los creó originalmente.
Trump, quien admitió haber estado “al 98% involucrado” en la selección de los homenajeados –rechazando opciones que consideró “demasiado woke”–, rompió con décadas de protocolo al mover la entrega de medallas de la cena del Departamento de Estado a la Casa Blanca y anunciar su participación como maestro de ceremonias en la gala, que se transmitirá el 23 de diciembre por CBS y Paramount+. “Conozco a la mayoría de ellos y he sido fan de todos”, dijo el presidente, destacando su cercanía con Stallone –a quien ha llamado “embajador especial de Hollywood”– y Simmons de KISS, con quienes ha compartido menciones previas como amigos y referentes culturales. Esta edición también refleja su overhaul en el Kennedy Center: en febrero destituyó a la presidenta Deborah Rutter y al chairman David Rubenstein, instalándose como chairman y nombrando a Richard Grenell como presidente interino.
Los artistas respondieron con gratitud y sorpresa ante la atención presidencial. Gloria Gaynor, emocionada, señaló: “Es un honor recibir este reconocimiento en vida, en un país que me dio tantas oportunidades”. Gene Simmons de KISS comentó: “Es sorprendente ver a un presidente que conoce nuestra música y la celebra”. George Strait reflexionó: “La música country siempre ha sido parte del alma estadounidense, y este reconocimiento lo confirma”. Sylvester Stallone, visiblemente conmovido, agregó: “Nunca imaginé recibir un honor de esta magnitud, y menos de manos del presidente”. Michael Crawford agradeció que el teatro musical se eleve al mismo nivel que otras artes.
Los Kennedy Center Honors, iniciados en 1978 por Roger L. Stevens y George Stevens Jr. como tributo a contribuciones vitalicias en las artes escénicas, han evolucionado de un evento íntimo a una gala de alto perfil con tributos de estrellas como Beyoncé para Tina Turner o Aretha Franklin para Carole King.
En sus primeras décadas, priorizaron artes clásicas, pero ediciones recientes incorporaron pop y rock, como Earth, Wind & Fire en 2019 o LL Cool J en 2024. La selección tradicional involucraba un comité bipartidista con input público y de ex-homenajeados como Julie Andrews o John Williams, pero 2025 marca un giro hacia figuras mainstream, coincidiendo con un récord de recaudación de 23 millones de dólares –casi el doble del año anterior–, atribuido al entusiasmo de donantes bajo el liderazgo de Trump y Grenell. Sin embargo, las ventas de boletos han caído tras las reformas, y críticos señalan presiones políticas en un evento históricamente apolítico.
Esta edición no solo resalta talentos que han unificado a millones, sino que posiciona al Kennedy Center como epicentro de la cultura popular bajo la visión de Trump, quien bromeó sobre renombrarlo “Trump Kennedy Center”. Mientras la gala promete actuaciones emotivas –incluyendo tributos a KISS en medio de su duelo por Frehley–, el evento subraya tensiones entre tradición y transformación en las artes estadounidenses.









