iPad del Papa Francisco será subastado en Uruguay para beneficencia

Un iPad del Papa Francisco será subastado el martes en Montevideo con una base de 20,000 dólares y lo recaudado se destinará a una escuela secundaria de jóvenes carenciados en Uruguay, dijo en su página de Internet la casa que rematará el artículo.

No es la primera vez que el Sumo Pontífice, que con su estilo informal suele hablar en favor de los sectores más pobres de la sociedad y criticar a los poderes económicos, dona sus pertenencias para obras de caridad.

El año pasado donó una moto Harley-Davison y una chaqueta de cuero, que había recibido como regalo, a una organización de beneficencia.

«Para que hagas algo bueno con él», le dijo el Papa al sacerdote uruguayo Gonzalo Aemilius tras obsequiarle su tableta personal cuando lo visitó en el Vaticano, contó a Reuters Mónica Oliveli, integrante del consejo directivo de la entidad que fundó la escuela secundaria.

Aemilius donó el aparato al Liceo Francisco de Paysandú en Uruguay, ubicado unos 370 kilómetros al norte de la capital, agregó.

Luego de fallidos intentos de ofertar el artículo con las firmas internacionales Christie’s y Sotheby’s, las autoridades de la escuela subastarán el iPad del Papa el martes desde las 1700 GMT, a través de la casa uruguaya de remates Castells.

El dispositivo, que en el dorso lleva la inscripción «Su Santidad Francisco. Servizio Internet Vaticano, marzo 2013», viene acompañando de un certificado firmado por el secretario personal del pontífice, Fabián Pedacchio Leaniz, que verifica que fue donado por el Papa.

«Es un objeto que indudablemente ha concitado la atención nacional e internacional y el hecho de que perteneciera al Papa lo hace fuera de lo común», dijo a Reuters el rematador Juan Castells. «La base va a rondar los 20,000 dólares», agregó.

En el mercado uruguayo, el artículo puede oscilar entre los 1000 y 1500 dólares.

 

El Liceo Francisco comenzó a funcionar hace dos meses y apunta a mantener en el sistema educativo a jóvenes de sectores carenciados.

«No es una sotana ni una obra de arte pero pienso que si hay gente que paga por una camiseta de un rockero miles y miles de dólares, ¿por qué no esto?, que es para ayudar a una fundación que tiene fines caritativos», dijo Oliveli.

«Lo tomamos como un regalo del cielo», agregó la directora.